Era 1964 en la ciudad de Monterrey, en el estado de Nuevo León, en el país México.
Mis hermanas y yo estábamos arreglándonos para ir a la famosa feria que había llegado a la ciudad hace unos días.
Por lo tanto moríamos de ganas de ir, no tanto por conocer muchachos, no, la verdad a mi no me interesaba eso, lo que me interesaba era conocer gente nueva e interesante, por otro lado mi hermana Bianca, estaba que se regocijaba de felicidad por que vería a él que en estos últimos días acaparaba su atención.
Simplemente no lo podía creer de Bianca, ella tan guapa, tan elegante y distinguida cada semana con un nuevo enamorado, en secreto por su puesto, no queríamos que nuestros padreas armaran un gran alboroto, con lo conservadores que eran. Pero si Bianca era así, de esas jóvenes que al verlas te deslumbran, con tanta energía y vida que deja en shock a todo el que la ve pasar con su caminar de Princesa ,y sin embargo, ya llevaba una semana enganchada de aquel joven, uno tan insípido e insignificante, que no se como Bianca logro verlo aquella noche en que lo conoció, había tanta gente, que una persona como él prácticamente pasa desapercibido, delgadito delgadito, y de una estatura baja, del tamaño mismo de Bianca, de lentes y con tan poca energía que contrastaba totalmente con Bianca, simplemente era gracioso ver como Bianca no paraba de brincotear y como Pepe, así se llama el susodicho, caminaba a paso lento con una pasividad y tranquilidad, que me daban ganas de ahorcarlo!. Pero bueno así es mi hermana al rato se le pasara la novedad, supongo. Por su forma de ser siempre he imaginado que terminará con un hombre de mundo o algún explorador que recorra el mundo por los caminos menos inexplorados, con miles de historias por contar, alguien que necesite a una mujer como Bianca, capaz de seguirle el ritmo!.
Yo? Soy la mayor de 5 hermanos, siendo Lucia y Roberto los menores, luego le sigue la loca de Bianca, y después estamos mi hermano Kike y yo, que nos diferencia un año solamente. Vivimos en una zona mas o menos acomodada de Monterrey, cerca del centro de la ciudad.
Me gusta escribir y el lugar que mas me gusta y me inspira para escribir, es en el patio de mi casa, pero es que no es cualquier patio, por que por debajo de el paso lo que se conoce como una Acequia, de agua pura y cristalina, y existe como una especie de cueva por la cual puedes bajar y tomar algo de agua, del agua mas fresca que te puedas imaginar, es en esa pequeña cuevita donde me gusta escribir, solo bajo unos cuantos escalones, me siento y con la melodía que produce el correr del agua comienzo a escribir, es realmente hermoso y relajante. Pero existe algo que me apasiona mas, es la belleza, y no es por que sea superficial ni nada por el estilo, estoy tomando un curso de belleza y me gustaría ser una gran estilista, arreglar y peinar a gente famosa, pero tengo un gran problema con la mente que tengo me distraigo muy fácilmente.
-Rebeca…Rebeca…REBE!!- me gritó lucia sacándome de mis largos y profundos pensamientos.
-que?- le pregunto, poniendo atención por primera vez en muchos minutos, en el desorden que estaba haciendo con su cabello.
-estas segura que así es el peinado?...a mi me parece un nido de pájaros- frunció el seño al escuchar la risotada de Bianca, quien según ella ya había aprendido la lección y jamás dejaría que yo la volviera a peinar.
-Te lo advertí, Lú, te lo advertí- dijo divertida, mirándonos através del espejo.
-que?..no, tu, Bianca no me ayudes por favor, Lú te juro que esta es lo ultimo de la moda en París-
-si ya veo, LO ULTIMO QUE UTILIZARÍAN!- comentó con sarcasmo y carcajeándose.
-Hay cállate Bianca, si?- dije mientras miraba el rostro de mi hermana obscurecerse mas y mas, oh-oh, eso no era nada bueno, cuando Lu se enojaba, se enojaba de verdad, había heredado el carácter fuerte de mi madre, yo creo por eso cuando Lucía nació, mi madre se vio tan identificada con ella, que le puso su nombre.
-Lú, Lú…tranquila, ya veras que en un minutito te lo arreglo y lo dejo como a ti te gusta!, si?, pero no te enojes hermanita..mira que no quieres andar malhumorada esta noche o si?- le dijo sonriéndole y tratando de aplacar el desastre que había echo con su pelo, es que su pelo chino era tan difícil de manejar, pero no había nada imposible para mi.
-por que lo dices?...que tiene de especial esta noche?- dijo, su cara se iba componiendo poco a poco.
-que, no le has dicho Bianca?-
-eh?..ah, no, no, se me había pasado decirte, Lú- dijo mientras le daba sus últimos retoques al enorme peinada que se había echo, era una cebolla de pelo gigante y un flequillo de pelo tumbado hacia un lado. Nada mal para no ser una profesional.
-Es que Pepe traerá unos amigos nuevos!- dijo entusiasmada.
-Enserio???- casi gritó del gusto. Sabía que eso traería de nuevo el bueno humor al rostro de mi hermana, con 16 años y ya estaba desesperada por conseguir un hombre con quien casarse, supongo que le daba miedo que le pase igual que a mí, y no quitarse a mamá de encima, repitiéndote una y otra vez: Rebeca, ya se te esta pasando la edad!, tienes que conseguir marido. Y así es todos y cada uno de mis días y eso que solo tengo 19 años, y bueno lo admito, tal vez todas mis compañeras ya estar en estos momentos casadas y apunto de tener su primer hijo y no andan como yo saliendo a fiesteritas con sus hermanas menores, desesperadas por conseguir marido, y rodeada de hombres que las buscan mucho mas jóvenes que yo. Pero es que la verdad eso no me interesa, yo quiero conocer el mundo, viajar, conocer gente. Si debo dar gracias Dios que mi madre me dejo estudiar, si no, no se que sería de mí, destinada a solo buscar marido todos y cada uno de los días de mi vida, que horror!.
-REBECA!!!- gritó Lú. Dios!, de nuevo que desastre había echo!.
-HAAY! LÚ!! Lo siento, lo siento de verdad, perdóname! Hermanita!, ya veras que en un minutito lo arreglo- le decía mientas... mientras trataba de arreglar la esponja de chinos que se habían alborotado. Y al fondo solo podía escuchar las carcajadas de mi hermana Bianca.